El estrés siempre llega de forma silenciosa. Va creciendo poco a poco hasta que nos vamos acostumbrando.
Creemos, sin darnos cuenta, que éste se disolverá cuando solucionemos nuestros problemas, inquietudes o preocupaciones.
Sin embargo, no es así. Podemos reducir el estrés mientras nos ocupamos de nuestras inquietudes.
En este breve post os propongo algunas ideas a tener en cuenta las cuales, por lo general, conocemos pero olvidamos. Espero os resulten útil y lleguen justo en el momento que más lo necesitáis.
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IMPORTANTE: Si los síntomas físicos persisten o se repiten en periodos breves de tiempo consulte con su médico de cabecera o con un profesional de la salud mental cuanto antes. Las sugerencias o recomendaciones del presente post no deben sustituirse por el consejo médico especializado.
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